Administrativos: 02284 42-3849 / 41-3849
bomberosDefensa-Civilemergencia-medicapolicia

Comparte esto con tus amigos

Noticias de Bomberos Voluntarios de Olavarría

Jueves, 07 Julio 2022 526

“Engañé a mis papás para que me dejaran ser bombero”

Charlamos con Luis Tolosa. Esta y otras tantas anécdotas nos contó Luis en medio de la entrevista, hablando sobre su paso y trayectoria por la asociación.

Con el objetivo de contar la historia de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Olavarría, con más de 70 años de servicio a la comunidad, creamos este segmento de entrevistas. Es importante para nosotros contar con estos espacios de reconstrucción histórica, que nos ayudan a contar quienes somos y que también nos conozcan.

Además, buscamos que los bomberos que formaron y forman parte de la institución, puedan contar sus vivencias, anécdotas y momentos más importantes en servicio. 

Es por eso que en esta primera edición del segmento entrevistamos a Luis Tolosa, ayudante mayor y parte del cuerpo de reserva. Luis cuenta con más de 60 años dentro de la institución, y con mucho cariño hacia ella, nos relata lo siguiente.

¿Cómo te acercaste por primera vez a la institución?

Bueno, yo me inicié en bomberos entre los años 1959/1960. Ahí me dí cuenta de que yo quería ser bombero, pero todavía no tenía la edad, tenía que sacar permiso con mis papás. Me firmaron el permiso, traje la planilla al cuartel y a partir de ahí, ingresé al cuartel como aspirante. Y en 1961 ya era bombero.

¿Cuándo nació la idéa de querer ser bombero voluntario?

A mis 17 años casi. Yo trabajaba a una cuadra del viejo cuartel, entre Coronel Suárez y Alsina, entonces salía la unidad y yo la seguía en bicicleta porque me gustaba, nose porque, pero la seguía. Yo seguía a la unidad, a los muchachos. Y ahí me entusiasmé con bomberos, yo dije: “quiero ser bombero”.

En mi casa no, ni mi mamá ni mi papá querían. Y yo entonces, me pude anotar por un engaño que les hice a mis papás para que me firmen los papeles de inscripción, diciendoles que eran para presentarlos en empleados de comercio, pero en realidad era para presentarme en bomberos. No se enteraron hasta que un día me vieron, cuando ya era bombero, colgado del autobomba. Me contaron que mi mamá gritaba: “¡ese es mi hijo!”. Y bueno, desde ahí ellos empezaron a hacerse a la idéa de que iba a ser bombero.

¿Cómo recordás vos que fueron los primeros años?

Y no teniamos nada, teniamos un mameluco y un casquete y saliamos con eso. Por eso yo ahora miro y es emocionante cómo se trabaja ahora, con el equipo que tienen. Para mí es un lujo verlos a los chicos. Ahora tengo a mi nieto dentro de bomberos. Es emocionante, es lindo, bomberos es lo mejor que puede haber acá. A mi no me lo sacan, 80 años tengo y acá estoy. Y quiero seguir.

¿Cuáles son las anécdotas o recuerdos que te quedaron grabados de tus años de servicio?

Y muchas veces me tocó rescatar gente de incendios de grandes proporciones. Una vez me acuerdo que me tocó sacar a una chica embarazada de un edificio por la escalera, justo por donde había uno de los focos grandes de incendio. Era el único medio que tenía para sacarla, porque por la ventana no la podía bajar por su condición. Entonces me arriesgué, la envolví con una frazada mojada y le dije: “bueno ahora vamos a salir por la escalera, y si podemos tranquilos, porque somos vos, yo y el bebé”. Y ahí bajamos nosotros, junto con dos compañeros bomberos que venían atrás nuestro, por si acaso.

¿En qué es lo primero que pensabas cuando salías corriendo para un rescate o asistencia?

No pensas. Cuando vos te vestís y te subís al autobomba vos lo que tratas es que lo que sea que vayas a hacer o enfrentar, lo hagas bien. Yo en ninguna salida que tuve me puse a pensar en el peligro, núnca jamás. Al contrario, después de ayudar en algún rescate me ponía a pensar, pero antes no.

¿Qué son para vos hoy los bomberos voluntarios?

Para mi bomberos es todo. Yo acá aprendí a tratar con la gente, aprendí a respetar a la gente. Todo gracias a bomberos. Además tengo recuerdos muy lindos con la institución, de esos hay un montón. Reuniones, juntadas. El compañerismo en el cuartel es fundamental. Acá nos cuidamos la espalda los unos a los otros, es lo mejor que puede haber. Trabajamos todos unidos en todo momento. Bomberos es así, y es lo mejor que hay.